Alejandro lleva 17 años fuera de su casa
- La Co
- Oct 18, 2015
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Hoy conocí a Alejandro en el Mercado Artesanal en Quito. Él no se considera un mochilero porque dice que los mochileros son aquellos que salen de viaje con una mochila y con "la plata de papá". Él en cambio se auto-denomina "artesano", ya que trabaja haciendo artesanías para sobrevivir y viajar. Lo que más le ha gustado de sus años como viajero es el llegar a conocer gente linda en todas partes. Gente que le ha tratado dignamente, llegando incluso a cederle su cama para que duerma. Cuando me contaba esto me empecé a preguntar a mí misma si yo haría eso y , aunque me duela, no sé si lo haría...no sé si sería capaz de recoger a un chico que se encuentre durmiendo en la calle y renunciar a mi comodidad para que sea yo quien duerma en el piso en su lugar. ¡Me pareció una locura hermosa! Me comentó que los países en donde mayor y mejor acogida tuvo fueron Colombia, Argentina y México. "En Ecuador también es buena y la vida es barata". Con $10 cubre costos de comida y alojamiento, pero si quiere un poco para "los vicios" entonces necesita conseguir unos $15 o $20 al día. Al igual que Violeta y Daniel, a quienes conocí pocas semanas atrás, Alejandro considera que la calle es la mejor escuela de la vida y que lo más importante es vivir positivamente, siempre para arriba, pensando bien en las decisiones que se toma y haciendo el bien...ese es el secreto. Las artesanías, que han marcado su vida porque le han permitido hacer y vivir más de lo que jamás imaginó, son hermosas...el tiempo ha permitido que su talento se desarrolle, dándole oportunidades que no sólo le apasionan sino que le permiten vivir una vida apasionante y verdadera. Su próxima parada es Cuenca, quiere estar ahí para las fiestas. Antes de despedirme, cuando le conté mi sueño de mochilear por el mundo, me invitó a visitarlo en el Parque El Ejido para enseñarme un poco de lo que hace y darme así, una oportunidad para poder desarrollar mis habilidades y sobrevivir, quizás, en la calle algún día...¿quién sabe no? Pero para él, no es sobrevivir, sino vivir real y plenamente.
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