Hay que romper reglas y esquemas
La clave está en decir SÍ a lo que vale la pena y NO a lo que en lugar de enriquecernos, nos degrada. Este título puede llevarnos a pensar en liberalismos y a pensar que mochilear requiere hacer lo prohibido, no obstante se refiere a casi lo contrario. Porque lo peor es auto-degradarse al permitir que ciertos comportamientos y pensamientos empiecen a opacar aquello que nos indica el corazón, ahí en lo más profundo. Es ahí donde sabemos qué merece un SÍ y qué merece un rotundo NO. La pregunta es, ¿le hacemos caso?
Creo que tenemos que aprender a ser realmente libres y entender que el corazón nunca se equivoca...pero con corazón no me refiero a lo que sentimos, sino a lo que está realmente ahí adentro. Muchas veces podemos cometer el error, aunque sea sin malas intenciones, de engañarnos a nosotros mismos y pensar que realmente actuamos de acuerdo a los anhelos del corazón, cuando en realidad nos dejamos llevar por sentimientos, todos lo hemos hecho.
Son solamente los valientes y los aventureros verdaderos los que se atreven a mirar en su interior y aceptar esa realidad que ahí habita. ¡Y hacerle caso!
¡Ese es el viaje más valioso y la razón por la que todos viajamos! Para encontrarnos.
Una vez, un mochilero que conocí en Mompiche/Ecuador, llamado Natanael, me explicó que la razón por la que viajaba no era porque buscaba algo, sino porque quería encontrarlo. Y el verdadero tesoro es ese: encontrar y, sobre todo, encontrarnos. Por eso rompemos esquemas, porque al encontrarnos nos damos al resto, sea como fuere, en lugar de caer en el ensimismamiento. Rompemos la regla y el esquema de ser ovejas y empezamos a ser auténticos, a ser personas. ¡Ese es el secreto de la vida!
Se requiere valentía para ser leales a nosotros mismos...yo quiero encontrar esa valentía y, así, reconocerme.